martes, 23 de abril de 2013

Situación de Europa a partir de 1919


Europa empezó el siglo XX con Estados fuertes; muchos de ellos habían construido imperios inmensos. Alemania e Italia se habían constituido como naciones soberanas, y el imperialismo político y económico inevitablemente despertó rivalidades.Como reacción se conformaron diversas alianzas. Por una parte Alemania, Italia y el Imperio Austro-Húngaro formaron la Triple Alianza; por otra parte, Francia, Rusia e Inglaterra conformaron la Triple Entente.La rivalidad entre las potencias se fue haciendo mayor. Francia pretendía recuperar Alsacia y Lorena, que estaban en poder de Alemania; Inglaterra estaba preocupada por el gran desarrollo industrial y económico de Alemania; por su parte, Alemania pretendía reforzar su hegemonía centroeuropea; y Rusia quería consolidar su posición en Los Balcanes, frente al Imperio Austriaco-Hungaro.Las naciones europeas se estaban preparando para una posible guerra que, de producirse, preveían como breve, pero la realidad superó ampliamente todas las previsiones con una guerra larga y con consecuencias sociales y políticas que, en cierta medida, crearon las condiciones para que veinte años más tarde estallara la Segunda Guerra Mundial.Sin embargo, los conflictos entre naciones no eran los únicos que formaron parte de las características de comienzos del siglo XX en el viejo continente.En 1917, en plena guerra mundial, en Rusia se produjo la primera revolución socialista. El régimen Zarista, uno de los pocos con características monárquicas que quedaban en Europa, cayó frente a un ejército revolucionario animado ideológicamente por el socialismo y el marxismo.La Revolución Rusa ha tenido una enorme trascendencia histórica, a veces comparada con las consecuencias de la Revolución Francesa. En el caso de los rusos, intentaron llevar a la práctica las teorías marxistas que proponían la sustitución del orden capitalista por un nuevo sistema dirigido por el proletariado. Este modelo sirvió de guía a los intentos que, posteriormente, se realizaron en otros países para instaurar un sistema comunista.Desarrollo de la Revolución RusaComo ya hemos mencionado, el Imperio ruso se encontraba a principios del siglo XX, gobernado de manera absoluta por el Zar Nicolás II. La situación económica era absolutamente precaria, principalmente para la gran masa de campesinos que predominaba en el país.El ingreso de Rusia en la Primera Guerra Mundial aumentó los problemas económicos del pueblo y acrecentó el malestar hacia el régimen zarista. Este descontento se materializó en febrero de 1917, cuando en San Petersburgo estalló una revolución que obligó al zar a abdicar, eligiendo un gobierno provisorio en manos de Alejandro Kerensky.Los cambios introducidos por el gobierno provisorio no fueron los esperados y pronto comenzó la agitación popular promovida por el sector político de los Bolcheviques, cuyo principal líder era Lenin. Esta agitación puso fin al gobierno de Kerensky en la llamada Revolución de Octubre. Una de las primeras medidas tomadas por los Bolcheviques fue firmar un tratado con Alemania (Tratado de Brest –Litovsk), mediante el cual Rusia se retiraba de la guerra a cambio de algunas pérdidas territoriales. Junto con eso, comenzaron los cambios políticos y económicos internos. Se abolió la propiedad privada; se expropiaron tierras que estaban en manos de la nobleza y la Iglesia; industrias y fábricas pasaron a manos del Estado. Todas estas medidas significaron en su conjunto, transformar a Rusia de un Imperio a un gobierno de régimen socialista.La implementación de esta serie de medidas provocó el rechazo de los sectores más conservadores de la sociedad rusa, lo que provocó el estallido de una guerra civil que se prolongó hasta 1920 y que costó la vida a miles de personas (incluyendo al zar y su familia). Una vez que se produjo el triunfo del Ejército Rojo (Bolchevique) se aprobó una Constitución que transformó a Rusia en una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.).

Al morir Lenin en 1924, asume el poder como jefe del gobierno soviético Stalin, el cual, mediante una serie de purgas fue eliminando a sus enemigos políticos y consolidándose en el poder.El gobierno de Stalin, que va desde 1928 hasta su muerte en 1953, es caracterizado como una dictadura de carácter personal y cuya obra puede resumirse en los siguientes puntos:- Reestructuró definitivamente el Estado como uno de tipo Federal integrado por las Repúblicas Soviéticas.- Industrializó el país a través de los llamados planes quinquenales, cada uno de los cuales, durante 5 años se encargaba del desarrollo de un sector de la industria (industria pesada, siderúrgica, energética, etc).- Colectivizó las tierras eliminando todo vestigio de propiedad privada.Como consecuencia de estas transformaciones, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas logró superar la crisis económica que se arrastraba de los períodos anteriores y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una de las dos superpotencias que se disputaba el predominio mundial.La crisis de postguerraAl terminar la guerra en 1918,  tanto los países vencedores como vencidos estaban destruidos. El final del conflicto no logró generar condiciones de tranquilidad ni orden para el continente. El Tratado de Versalles (1919) impuso una serie de  duras  condiciones a  Alemania: pago  de  reparaciones de  guerra  a  los vencedores, ejército limitado a 100.000 hombres, etc. Este tratado fue considerado por muchos alemanes, durante los años veinte y treinta, como una de las principales causas de sus problemas políticos y económicos.Italia se encontraba en medio de numerosas dificultades económicas y sociales que fueron aprovechadas por Benito Mussolini para llegar al poder en 1922 e implantar un régimen fascista.En 1933, Hitler se convirtió en canciller alemán, y entre sus objetivos se encontraba la búsqueda del "espacio vital", que se tradujo en una agresiva política exterior cuyo resultado conduciría a la guerra.El Fascismo ItalianoLa sociedad italiana, defraudada producto de las escasas compensaciones territoriales obtenidas en el Tratado de Versalles, comenzó a dar un importante apoyó político al partido Fascista dirigido por Mussolini. Sus partidarios lo proclamaron “Il Duce” (el líder), el encargado de liderar el régimen que permitiría la recuperación de Italia.Una vez en el poder, los fascistas se encargaron de organizar un gobierno de tipo totalitario, con un marcado carácter nacionalista y de exaltación de su líder, del cual podían formar parte solo los elegidos, por lo tanto eran críticos del sistema democrático. Desde un punto de vista económico, el régimen fascista estableció un estado de tipo Corporativo y de promoción de obras públicas.Las mayores consecuencias del Estado Fascista se encuentran en su política exterior, ya que esta se basó en un marcado expansionismo asociado a la militarización de la sociedad. Italia conquistó Etiopía en África y Albania en Europa, rompiendo las disposiciones de la Sociedad de las Naciones. Estos hechos serán, entre otros, determinantes para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El Nacional Socialismo AlemánAl igual que el caso italiano, el surgimiento y consolidación del Partido Nacional Socialista Alemán (conocido como Partido Nazi), se debió a las repercusiones de la Primera Guerra Mundial. Alemania había sido derrotada en la guerra y sometida a duras condiciones de paz por el Tratado de Versalles, las cuales se vieron en la obligación de aceptar. El país se hallaba arruinado económicamente, y la naciente República no era capaz de solucionar los problemas. La situación se agravó aún más con la depresión de 1929, por lo que muchos comenzaron a confiar en quien proponía un gobierno fuerte que rechazara las cláusulas impuestas por Versalles y que estuviera dirigido por un caudillo que actuara como aglutinador de la sociedad y que planteara además, la recuperación de la grandeza de Alemania. Ese rol le correspondió a Adolfo Hitler.Una vez en el poder, Hitler y el partido nazi, se propusieron a través de una importante campaña propagandística, inculcar al pueblo alemán los valores propios del nazismo, entre los cuales se contaba:- La unión de todos los alemanes en una “Gran Alemania”.- La recuperación del “espacio vital” alemán (para ellos debían recuperar territorios perdidos por el tratado de Versalles).- La nacionalización de grandes empresas.- La persecución a los no arios (particularmente a los judíos, a quienes se les quitó la nacionalidad alemana en 1935).Todas estas disposiciones, requerían de un importante apoyo militar, por lo que el régimen nazi militarizó nuevamente a Alemania, desarrollando una carrera armamentista y de marcado afán expansionista, que los llevó a anexar Austria e invadir Checoslovaquia. A nivel interno, el ejército declaró su lealtad al Führer (nombre que recibe Hitler como caudillo máximo), por lo que se daban todas las condiciones para el establecimiento de un gobierno de carácter dictatorial, que disolviera los partidos políticos que fueran de oposición y que a través de su política exterior, provocara el estallido de la Segunda Guerra Mundial.


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