Universidad
Nacional de México.
Colegio de
Ciencias y Humanidades.
Plantel sur.
Visita al museo de las intervenciones extranjeras.
(Ex convento
de nuestra señora de los ángeles, Churubusco)
Javier Pérez
Villar. Gpo. 231
PROFESOR: Luis
Alejandro González Arias
Visita al museo
Nacional de las intervenciones extranjeras
Salas
El museo cuenta con diez salas que abarcan las distintas
invasiones a México:
Sala de
introducción
Esta sala muestra la situación geográfica de los territorios
a finales del siglo XVIII y principios del XIX. De forma breve se presenta el
origen de la política de expansionismo de Estados Unidos, la cual se fundamentó
en la ideología de Thomas Jefferson quién compró el territorio de La Luisiana.
Debido a la imprecisión de las fronteras de la Nueva España y a la poca
colonización en la parte septentrional de la misma, las ambiciones de Jefferson
incluían las provincias de Texas, Nuevo Santander, Nuevo México, Coahuila y
partes de Nueva Vizcaya y Sonora. Poco más tarde el presidente James Monroe
obtuvo la compra de La Florida y dictó la conocida Doctrina Monroe, la cual fue
base del Destino Manifiesto de los Estados Unidos.4
Sala de
independencia
Tras las abdicaciones de Bayona y del despojo del trono
de Fernando VII de España debido a la Invasión francesa a España, el 15 de
septiembre de 1810 comenzó en Dolores una revolución que fue abanderada por
Miguel Hidalgo. Esta lucha se convirtió en la guerra de Independencia de México
que a través de once años siguieron José María Morelos, Francisco Xavier Mina,
Vicente Guerrero y los insurgentes. En 1821 Nueva España logró su autonomía de
la corona española y como nuevo estado pasó a ser el Primer Imperio Mexicano.
Pero la ideología monárquica de Agustín de Iturbide no prosperó y el nuevo país
se transformó en una república gobernada por el general Guadalupe Victoria.
Entre los personajes que defendieron los principios republicanos destacó fray
Servando Teresa de Mier.
Sala de
intervención española de 1829
Cuando Fernando VII recuperó su trono, se negó a aceptar
la Independencia de México. En San Juan de Ulúa un reducto de tropas españolas
se mantuvo en el fuerte y fue hasta 1825 cuando la armada mexicana logró
derrotarlos. En 1827 una conspiración encabezada por el fraile dieguino Joaquín
Arenas fue descubierta, el congreso formuló una ley para expulsar a los
residentes españoles. En 1829 la expedición de Isidro Barradas fue el último de
los intentos de reconquista en México, los expedicionarios penetraron por Veracruz,
logrando avanzar hasta Tampico y Altamira. El 11 de septiembre de 1829 las
tropas españolas capitularon ante las fuerzas comandadas por Antonio López de
Santa Anna, pero el gobierno español reconoció la Independencia de México hasta
1836.5
Muestra también el imperialismo oficioso que llevaron a
cabo los embajadores estadounidenses en México. Tras la negativa del gobierno
mexicano de vender el territorio de Texas a los Estados Unidos, el ministro
plenipotenciario Joel R. Poinsett promovió el divisionismo entre los políticos
mexicanos. Éstos seguían dos vertientes el centralismo (logia escocesa) y el
federalismo (logia de York), pero las actividades injerencistas del ministro
fueron criticadas y lo conllevaron a su expulsión de México. Su sucesor Anthony
Butler realizó nuevas ofertas para la compra de la provincia de Texas, ante las
reiteradas negativas, la estrategia del nuevo ministro fue promover que los
colonos estadounidenses que habitaban el territorio realizaran mítines y
levantamientos armados en favor de la Independencia de Texas. Adicionalmente,
Butler promovió que los ciudadanos estadounidenses que radicaban en territorios
mexicanos interpusieran demandas económicas por los daños sufridos a causa de
los propios levantamientos. La guerra se desencadenó y la provincia se
convirtió en la República de Texas, la cual fue "independiente" por
un período de nueve años hasta que se anexó a los Estados Unidos. Pawhatan
Ellis, sucesor de Bulter, presionó para el cobro de las indemnizaciones. La política
de intervencionismo provocó la ruptura diplomática entre ambas naciones, solo
un arbitraje internacional evitó la guerra. El monto reclamado era de dos
millones de pesos, los cuales no lograron pagarse y la deuda fue una excusa
para que ocho años más tarde el presidente James K. Polk justificara su
declaración de guerra.6
Sala de
intervención francesa o Guerra de los pasteles de 1838 a 1839
México había firmado tratados comerciales con Inglaterra,
Estados Unidos y otros países europeos en 1825. Por su parte, el gobierno
francés se negó a reconocer México como un nuevo país independiente hasta 1830,
pues la dinastía de los Borbones gobernaba las naciones de Francia y España, y
esta última no había reconocido la independencia de sus colonias. Pero con la
Revolución de julio, Luis Felipe I ocupó el trono, libre de todo compromiso con
Fernando VII de España, firmó dos acuerdos comerciales con el gobierno
mexicano.
México tenía la experiencia de las desventajas que
implicaba el libre comercio con las potencias industrializadas, por lo cual el
congreso desaprobó la firma de uno de los tratados. Éste permitía a los
residentes franceses el comercio a menudeo en territorio mexicano. Por otra
parte, en México existían constantes enfrentamientos entre federalistas y
centralistas, y las luchas armadas provocaban una inestabilidad e inseguridad
social a la población civil. El ministro francés Antonie Deffaudis, quien
pretendía a toda costa la firma del tratado, aprovechó la disyuntiva y recabó
firmas entre todos los comerciantes franceses afectados por la soldadesca para
exigir indemnizaciones al gobierno mexicano por daños a sus establecimientos,
entre ellos se encontraba un pastelero. Además de las indemnizaciones, el
ministro exigió la firma del anhelado tratado.
El gobierno francés atendió con alarma los informes de su
ministro, presentándose como defensor de los derechos internacionales y con la
excusa de ser necesario dar "una lección de civilización" a las
naciones americanas, envió a su armada para bloquear los puertos mexicanos,
realizando así la Primera Intervención Francesa en México. Tras el bloqueo
naval, el gobierno de Anastasio Bustamante rechazó la coacción de los franceses
y declaró formalmente la guerra a Francia. En Europa, las acciones de Luis
Felipe I fueron criticadas, pues se había cerrado el segundo comercio más
grande de América. En 1839, Richard Pakenham, ministro británico arribó a
Veracruz con la consigna de negociar la paz entre ambas naciones. El 9 de enero
de 1839 se firmó en el puerto el tratado de paz, la reclamación de
indemnizaciones quedo vigente y fue la excusa para una segunda intervención.7
Sala de la
intervención estadounidense de 1846 a 1848
Cuando la anexión de Texas a los Estados Unidos se
concretó, el ministro mexicano en Washington dio por terminada su misión
diplomática, y las relaciones entre ambos países se rompieron. El general
Zachary Taylor estableció un campamento en Brownsville, al norte del río Bravo,
lugar que pertenecía al estado de Tamaulipas. Esta situación provocó una escaramuza
entre soldados mexicanos y estadounidenses. El presidente James K. Polk declaró
la guerra a México el 13 de mayo de 1846, el gobierno mexicano respondió de
igual manera el 7 de julio del mismo año, de esta manera comenzó la primera
Intervención estadounidense en México.
Entre julio y agosto las tropas estadounidenses al mando
del general Stephen W. Kearny incursionaron desde Oregón hacia San Francisco,
Monterrey (California), y ocuparon Los Ángeles el 13 de agosto, la campaña se
extendió hasta Santa Fe (Nuevo México). Se realizaron expediciones marítimas
para tomar las plazas de San José del Cabo, La Paz, Mulegé, Guaymas, Mazatlán y
San Blas.
El general Taylor emprendió la campaña por oriente y tomó
la ciudad de Monterrey en septiembre de 1846. En febrero de 1847 los
beligerantes se enfrentaron en la Batalla de la Angostura. Desde San Antonio
los estadounidenses atacaron Parras y desde El Paso avanzaron por el estado de
Chihuahua hasta Jiménez.
El general Winfield Scott arribó el 9 de marzo en
Veracruz con una fuerza de trece mil efectivos. Tras un constante bombardeo el
27 de marzo los defensores capitularon. La ofensiva estadounidense siguió la
ruta de Cortés hacia Cerro Gordo, Jalapa, Tepeaca, Puebla, Tlaxcala hasta
llegar a la Ciudad de México, lugar en donde se confrontaron las fuerzas
militares en la Batalla de Padierna, la Batalla de Churubusco, la Batalla de
Molino del Rey y la Batalla de Chapultepec. El 14 de septiembre de 1847 en el
Zócalo se izó la bandera estadounidense la cual ondeó durante nueve meses.
México cedió mediante el Tratado de Guadalupe-Hidalgo los territorios al norte
del río Bravo. Incluyendo el estado de Texas, una superficie de 2.400.000
kilómetros cuadrados pasó a ser propiedad de los Estados Unidos.
Tan solo cinco años después, durante la dictadura de
Santa Anna, los colonos estadounidenses utilizaron nuevamente la estrategia de
invadir y luego negociar. Con la intención de construir un ruta de ferrocarril
transcontinental, los estadounidenses invadieron el territorio de La Mesilla,
ante la imposibilidad de defender militarmente la frontera Santa Anna prefirió
las negociaciones diplomáticas. El ministro James Gadsen fue el encargado de
llevar las negociaciones demandando la venta de Tamaulipas, Nuevo León,
Coahuila, Sonora y la Península de Baja California. El 13 de diciembre de 1853
Santa Anna logró disuadir las ambiciosas expectativas y vendió La Mesilla por
diez millones de pesos.
Sala de la
intervención francesa 1862-1867
México continuó viviendo tiempos violentos a través de la
revolución de Ayutla, la promulgación de la Constitución de 1857 y la Guerra de
Reforma. La clase política continuaba dividida, por una parte los liberales
cuyo proyecto de nación era republicano, federalista y democrático; y por otra
parte, los conservadores que anhelaban un sistema monárquico y centralista.
Ambas fracciones solicitaron ayuda extranjera firmando tratados que pusieron en
riesgo la soberanía del país: El Tratado de Mon-Almonte y el Tratado
McLane-Ocampo. Por otra parte, el presidente estadounidense James Buchanan
anunció al congreso de su país, el deseo de "ayudar" a México para
impedir que las potencias europeas interviniesen en América, siendo sus
intereses velados obtener los territorios de Sonora y Sinaloa. Para fortuna de
México, el congreso estadounidense rechazó la propuesta, y ninguno de los
tratados firmados fueron ratificados, pues los liberales vencieron a los
conservadores el 22 de diciembre de 1860 en la Batalla de Calpulalpan.
Benito Juárez fue electo presidente, al tomar el cargo el
16 de julio de 1861, decidió suspender el pago de la deuda del Estado por dos
años. España, Francia e Inglaterra, principales acreedores de México firmaron
la Convención de Londres el 31 de octubre, formando una alianza tripartita para
exigir la protección de sus súbditos, el pago de la deuda, y la creación de un
régimen estable en el país americano. Una cláusula establecía no pretender
ninguna adquisición de los territorios mexicanos. A principios de 1862 las
escuadras de los tres países arribaron a Veracruz. El 19 de febrero se firmaron
los convenios de la Soledad, pero las intenciones de los franceses quedaron al
descubierto cuando el comisionado Dubois de Saligny se empeñó en destruri la
alianza tripartita y reclamó una cantidad exagerada como indemnización (doce
millones de pesos), sin respaldo o documento comprobatorio. Paralelamente el
conservador Juan Nepomuceno Almonte se había entrevistado con Napoleón III
gestionando el apoyo para derrocar al gobierno liberal de Juárez, el 6 de marzo
un refuerzo francés al mando de Charles Ferdinand Latrille desembarcó en
Veracruz. El comisionado inglés Charles Wyke y el comisionado español Juan Prim
instaron a Saligny a respetar las condiciones del Convenio de Londres, ante la
negativa del francés, las tropas inglesas y españolas abandonaron las costas
mexicanas a finales de abril.
La Segunda Intervención Francesa en México fue comandada
por el general Latrille, quien llevó el avance de sus tropas a través de
Fortín, Orizaba y las Cumbres de Acutzingo. El 5 de mayo se confrontó la
Batalla de Puebla, en la cual salieron victoriosas las fuerzas mexicanas bajo
el mando del general Ignacio Zaragoza. La victoria mexicana elevó la moral y el
nacionalismo, pero la derrota fue una sorpresa para los franceses y Napoleón
III consideró el hecho como un escarnio, por tal motivo, comisionó una nueva
expedición bajo el mando el general Élie-Frédéric Forey, quien poco más de un
año después de la derrota tomó la plaza de Puebla, el 17 de mayo de 1863. En
esta ocasión el avance de las fuerzas francesas fue contundente y la Ciudad de
México fue ocupada el 10 de junio del mismo año.
Juárez tuvo que huir por la ruta de San Luis Potosí,
Saltillo, Monterrey para llegar a Paso del Norte. Los conservadores por medio
de una comisión, presidida por José María Gutiérrez Estrada, ofrecieron a
Maximiliano de Habsburgo el trono del Segundo Imperio Mexicano. El monarca
aceptó bajo las condiciones de los Tratados de Miramar que fueron firmados el 1
de abril de 1864 y desembarcó en el puerto de Veracruz el 28 de mayo. El
ejército francés y las tropas conservadoras apoyaron al nuevo emperador, pero
la resistencia liberal continuó su lucha a través de la técnica de guerrillas.
En Europa, la hegemonía de Francia se vio amenazada
cuando Prusia venció a Austria en la Batalla de Sadowa. Por otra parte, al
terminar la Guerra de Secesión en los Estados Unidos, el gobierno de este país
advirtió al gobierno francés que haría respetar la Doctina Monroe. Ante tales
expectativas, Napoleón III decidió retirar a su ejército de México y recomendó
a
Maximiliano abdicar al trono.9
Sala de la
república restaurada
Los conservadores mexicanos disuadieron a Maximiliano,
pero el reducido ejército imperial fue vencido el 15 de mayo de 1867.
Maximiliano, Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron fusilados el 19 de junio en el
Cerro de las Campanas. Juárez retornó a la Ciudad de México el 15 de julio y
fue relecto para el período 1867-1871. La situación económica en el país era
deplorable, se restablecieron relaciones diplomáticas con Rusia, Italia y
España. Al terminar la Guerra de Secesión, los Estados Unidos cambiaron su
política de expansionismo territorial por una política de exportación de
capitales, sin ser México la excepción a sus inversiones.10
Sala del porfiriato
Juárez se presentó como candidato y ganó las elecciones
nuevamente en 1871. Porfirio Díaz, liberal moderado, que había luchado a lado
de Juárez no estuvo de acuerdo con la política reeleccionista y lanzó el Plan
de la Noria. Díaz fue apoyado por varios generales en Zacatecas, Nuevo León,
Coahuila, Sinaloa, Sonora y Durango, sin embargo Juárez murió repentinamente el
18 de julio de 1872. Sebastián Lerdo de Tejada ocupó la presidencia y se
intentó reelegir en 1876. Porfirio Díaz nuevamente bajo el concepto de no
reelección publicó el Plan de Tuxtepec y desencadenando así la Revolución de
Tuxtepec de la cual salió triunfante. Díaz ejerció su primer período
presidencial y al terminar su mandato respeto su propia ideología de no
reelección. Manuel González ejerció el siguiente período como presidente,
cuando éste terminó Díaz decidió presentarse nuevamente como candidato a la
presidencia. Ganó las elecciones y de nueva cuenta en el poder decidió
modificar la Constitución, de esta forma se reeligió durante los comicios de
1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y 1910. Considerando su primer período
presidencial, fueron treinta años durante los cuales ejerció el poder, esta
época es conocida como el porfiriato.
Con la ayuda del ejército impusó la "paz
porfiriana" reprimiendo las rebeliones políticas, así como las
sublevaciones indígenas de los yaquis en Sonora y de los mayas cruzoob en
Yucatán. No obstante, logró un desarrollo económico por medio de inversiones
extranjeras en el ramo minero y petrolero. Las propiedades eclesiásticas que
fueron nacionalizadas por las Leyes de Reforma fueron vendidas a precios
irrisorios, lo cual conllevó al latifundismo. La inconformidad obrera y
campesina comenzó a expresarse con la huelga de Cananea y la huelga de Río
Blanco, las cuales fueron reprimidas por el ejército.
[editar]Sala de la revolución
Durante el primer año de la Revolución mexicana Díaz
renunció a la presidencia y abandonó el país. Francisco I. Madero fue electo
presidente, asumió su puesto en noviembre de 1911 e intentó conseguir
inútilmente la concordia entre las diferentes facciones de los revolucionarios.
Las revueltas sociales fueron protestadas por los embajadores acreditados en
México con el fin de asegurar el bienestar de los residentes extranjeros.
Especialmente el embajador Henry Lane Wilson exigió garantías para las
inversiones estadounidenses. Él y su gobierno estaban a disgusto con Madero,
pues éste había creado un impuesto a la exportación petrolera.
Bernardo Reyes y Félix Díaz (sobrino de Porfirio)
organizaron un golpe de estado, el cual fue apoyado por el embajador
estadounidense quién en el sótano de la embajada imprimió panfletos para
conseguir adeptos a la rebelión que comenzó el 9 de febrero de 1913 y que fue
conocida como la Decena trágica. Madero designó a Victoriano Huerta para
enfrentar la rebelión, el embajador estadounidense incitó a Huerta a unirse a
los porfiristas por medio de llamado Pacto de la Ciudadela. La traición de
Huerta culminó con los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente José
María Pino Suárez. La voz popular para señalar la política intervencionista de
los Estados Unidos, rebautizó el acuerdo como el Pacto de la embajada.11
Sala de la
intervención estadounidense de 1914 y 1916
Cuando Victoriano Huerta usurpó la presidencia, el
descontento en el país fue general. Venustiano Carranza dirigió al ejército
constitucionalista en contra del ejército federal del usurpador, la revolución
se prolongó. En Estados Unidos, Woodrow Wilson fue nombrado presidente,
destituyó al embajador Henry Lane Wilson y se declaró enemigo de Huerta al
negar el reconocimiento de su gobierno. El nuevo presidente estadounidense, con
la finalidad de imponer una ideología política acorde a los intereses
económicos de su país decidió imponer un embargo armamentísitico en los puertos
mexicanos. Los argumentos empleados por Wilson fueron acabar con la guerra
civil existente en México y "educar" al pueblo mexicano para que éste
fuera capaz de ejercer la democracia y de elegir buenos gobernantes.
El 9 de abril de 1914, nueve tripulantes del acorazado
Dolphin desembarcaron en el puerto de Tampico en una zona controlada por las
tropas huertistas para abastecerse de combustible. Los marines estadounidenses
fueron apresados, pero el comandante Morelos Zaragoza los dejó en libertad
inmediatamente para evitar un incidente diplomático. Para reparar el desagravio
el almirante Henry T. Mayo exigió a las tropas de Huerta rendir honores a la
bandera estadounidense. La petición fue negada, y fue uno de los motivos para
que el presidente Wilson movilizara un mayor número de embarcaciones a los
puertos mexicanos, así como a sus tropas a lo largo de la frontera.
El 21 de abril el almirante Frank Friday Fletcher
bombardeó el puerto de Veracruz para impedir que el buque alemán Ypiranga
descargara un lote de armas que serían entregadas a los federalistas de Huerta.
Tras el bombardeo y sin encontrar mayor resistencia los soldados americanos
desembarcaron en la ciudad, donde permanecieron durante ocho meses iniciando
así la Segunda Intervención estadounidense en México. Los estadounidenses
intentaron sin éxito realizar una alianza con los constitucionalistas de
Carranza. Los embajadores de Argentina, Brasil y Chile (conocidos como el Grupo
ABC) mediaron entre los gobiernos de Estados Unidos y México para conseguir la
paz en las pláticas de Niagara Falls en Canadá, pero el gobierno estadounidense
no aceptó retirar sus fuerzas hasta que el ejército constitucionalista venció a
los federalistas y Huerta se exilió del país. Las tropas estadounidenses
abandonaron el puerto de Veracruz en noviembre de 1914.12
Debido a que no existía un acuerdo ideológico entre
Carranza y los líderes populares Francisco Villa y Emiliano Zapata, la
revolución mexicana continuó durante tres años más. En 1915 los consitutcionalistas
de Carranza dieron un fuerte golpe a los convencionalistas de Villa,
destarticulando la División del Norte. A principios de 1916, el Centauro del
norte optó por la guerra de guerrillas, ordenó el fusilamiento de diecinueve
empleados de una compañía estadounidense y el 9 de marzo atacó a la población
de Columbus en Nuevo México. La historiografía no ha establecido la razón por
la que Villa realizó estas acciones provocativas, el presidente Wilson no tardó
en reaccionar y designó al general John J. Pershing para comandar una
expedición punitiva con la finalidad de capturar al líder mexicano.
Esta Tercera Intervención estadounidense comenzó con una
fuerza de cinco mil hombres, la cual en un corto período, se incrementó a doce
mil. Por primera vez en la historia militar de los Estados Unidos, se emplearon
autotransportes, tanques de guerra y aviones. Carranza protestó la
intervención, pero como los objetivos eran favorables a sus intereses
personales, ordenó a sus hombres no confrontar a los soldados estadounidense.
Las fuerzas de Villa realizaron nuevos ataques al otro lado de la frontera
mexicana, y a pesar de las órdenes de Carranza, los consitucionalistas libraron
batallas en Parral y el Carrizal contra los soldados estadounidenses. El gobierno
estadounidense desplazó una fuerza de ciento diez mil soldados a la frontera,
pero antes de comenzar la invasión se establecieron conversaciones diplomáticas
en El Paso y en Atlantic City. Los gastos militares eran de un alto costo para
los Estados Unidos y no se lograba el objetivo de capturar a Villa, por otra
parte en Europa se libraba la Primera Guerra Mundial; ante estas expectativas
el presidente Wilson decidió retirar a su ejército. Después de once meses de
ocupación, los soldados estadounidenses desalojaron el país el 5 de febrero de
1917.